Ventanas de aluminio

Normalmente, en cualquier obra nueva encontramos ventanas fabricadas con este material. Poco a poco, el uso de estas ventanas se está ampliando a lo largo de todo el sector para instalarlas en viviendas y construcciones de edificios particulares,  residenciales o incluso en construcciones como colegios, bibliotecas, etc. Antes de explicar los beneficios de las ventanas de aluminio, debemos saber que no todas las ventanas que están fabricadas con este material son iguales.

Las ventanas de aluminio son referentes en diseño

Una de las principales características de este material es que es liviano, es decir, la estructura de la ventana es mucho más ligera, a diferencia de las ventanas que están fabricadas con madera. Aunque existen opiniones contradictorias al respecto, lo cierto es que el aluminio es un elemento muy resistente. El sistema por el que están compuestas las ventanas de aluminio favorece a que su peso sea más inferior que otro tipo de ventanas. Además, el cristal que se incorpora en la estructura se sostiene entre dos placas de aluminio y una banda de plástico. Con todo esto, conseguimos que la ventana sea mucho más fácil de manejar. Es decir, podremos abrirla y cerrarla con mayor facilidad gracias a los sistemas de rieles que facilitan el movimiento de la ventana de un lado a otro. Podemos destacar también que el sistema de cierre es simple pero sofisticado, adhiriéndose la ventana así al marco de manera sólida y segura. Su disponibilidad, sus formas, sus colores y su bajo precio han hecho que las ventanas de aluminio sean las más empleadas en las construcciones de nuestro país.

Características de las ventanas de aluminio

Los beneficios de este tipo de ventanas son muy diversos. En primer lugar, las ventanas de aluminio son mucho más fáciles de limpiar que otro tipo de ventanas como las de madera, porque se pueden eliminar las grasas que se acumulan en el marco simplemente con jabón y agua. Además, su sistema evita que se acumule polvo en la estructura de la ventana. Sus rieles no se obstruyen y son muy fáciles de limpiar también. Y cuando nos encontramos ante temperaturas o clima adverso en el exterior, las ventanas de aluminio nos garantizan protegernos de la humedad, el sol o cualquier otro efecto climatológico. Por no decir que soportan muy bien el sol, a diferencia de las ventanas de madera que se decoloran y desgastan con la luz solar. Además, tiene un recubrimiento natural contra el óxido, protegiéndolo de este y evitando que se deban barnizar o pintar con frecuencia. Resiste muy bien a los golpes y proporciona seguridad también frente al fuego, ya que es un material muy difícil de inflamar. Es decir, hablamos de un material que no es propenso al fuego. En primer lugar, la durabilidad del aluminio es superior. A pesar de que el PVC es resistente, puede deteriorarse con el tiempo debido a los cambios de temperatura y la exposición a los rayos UV, mientras que el aluminio es altamente resistente a la corrosión y no se deforma fácilmente, garantizando una vida útil más prolongada. La resistencia estructural del aluminio también es una ventaja importante, especialmente para ventanas de grandes dimensiones. El aluminio puede soportar vidrios más pesados, lo que permite la fabricación de ventanas de mayor tamaño y proporciona una mayor apertura visual. Para los amantes del diseño, este tipo de ventanas están disponibles en una gran variedad de colores y es muy fácil de moldear, por lo que podremos conseguir casi cualquier tipo de forma o diseño. Las ventanas de aluminio ofrecen un aislamiento acústico y térmico, y el material por el que están compuestas evitan que se pudran u oxiden. Su cualidad hermética nos permite protegernos del frío, la humedad y los ruidos, pero con un diseño limpio, elegante y moderno.

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